lunes, 16 de junio de 2014

15. Historia Moderna, Francia; La Francia del Absolutismo. La Fronda.

 A) Antecedentes de la centuria
   El siglo XVII francés estuvo marcado por la monarquía absoluta, modo de gobierno que afianzó sus raíces en la mayor parte del mapa europeo; por el establecimiento de una nueva dinastía, la Casa de Borbón, así como ser el país más poblado de Europa, y el cuarto del mundo conocido, lo que supuso que sus carestías, epidemias y reivindicaciones ciudadanas tuvieran un peso mayor que en otros lugares.
   El asesinato de Enrique IV -1610-, el primer Borbón tras luchas que no parecían tener fin -guerras de religión-, supuso un debacle para el país. Su defunción, cinco años antes de la llegada de la Infanta española que contraería nupcias con su hijo, dio desde el punto de vista de sus detractores la llave a un nuevo cambio dinástico, pero la situación del país hacía que la paciencia fuera una virtud algo más que apreciable, necesaria. 
   Luis XIII quedó profundamente marcado por la muerte de su padre, convirtiéndose en un heredero taciturno e introvertido, que preferiría las artes al oficio político, o el de las armas, que caracterizó a sus antepasados. Hecho que permitió que el poder amasado por la Reina Madre durante su regencia fuera incuestionable. 
   María de Medici, segunda esposa de Enrique, sería una regenta inmersa en las polémicas e intrigas de palacio, protagonizando inclusive, las relacionadas con la muerte de su esposo. Su llegada a Francia deriva de la necesidad de un heredero y de un estímulo económico para las arcas reales. Margarita de Valois, primera esposa del monarca, supervisó personalmente la elección de consorte, ya que con ello obtenía la salida a lo que muchos de los tratadistas de la época asemejaron a un harem, no era otra cosa que la Corte de Enrique IV. Nulidad que conseguiría además acrecedentando su reputación ya que, y gracias a su perseverancia, ninguna de las amantes del rey se hizo con el trono. 
   En el contexto nacional mencionado llegó Ana de Austria, fruto del matrimonio modélico y profundamente católico de Margarita de Austria y Felipe III, por lo que sus expectativas no se romperían hasta ser truncadas por el Delfín francés.
   De poco carácter y encima influenciable, Luis XIII siempre estuvo tras la estela de su madre, quien se apoyó en un primer momento en el mariscal francés Concino Concini y más tarde en el cardenal Richelieu. Aunque en una primera tapa podremos situarla a favor de la unión y las relaciones con España, la potencia líder, tras el encumbramiento de Richelieu y todo sus hombres de gobierno, observaremos una hostilidad insólita hacia la infanta, recordándole su origen como si se tratase de un lastre, incluso tras el exilio de María de Medici a Blois.
   El matrimonio entre ambos jóvenes nunca fue cercano; tanto el carácter como las obvias tendencias homosexuales del monarca apoyaron la creencia popular que moriría sin heredero y, con él, su dinastía pero esta puerta se abriría veinte años después de imprevisto.
   Durante el transcurso de su juventud, Ana de Austria se vio confinada a un matrimonio sin escapatorias, que unido a las preferencias sonadas y visibles del monarca dieron el germen perfecto para un sin fin de cuchicheos, que como no podía ser de otro modo, sólo ensuciaron la imagen de la consorte, quien sería relacionada frecuentemente con el Duque de Buckingham, George Villiers y con el propio cardenal, Giulio Mazzarini.
   La situación se recrudeció cuando Carlos I de Inglaterra, rechazó la candidatura de la Infanta española y hermana de Ana, María. Todo ello fue obra de Richelieu que conseguiría cerrar el matrimonio con Enriqueta, hermana del monarca francés y, con ello una fuerte alianza antihispánica. Como española en la Corte francesa, la Reina fue acusada de espía e, incluso, de participar en una conjura con María de Medici para deponer a Luis -Conjura de las Damas-.
   Sin duda, y como deja de entrever su sobrenombre -Le Dieudonne-, Luis XIV fue una inesperada sorpresa para el pueblo francés. Veinte años de rumores e infidelidades del soberano -las de Ana de Austria nunca se demostraron- quedaron borradas por un encuentro casual, que parece ser que dejó mejor impresión en el matrimonio, como lo colabora que poco después concibieran a su segundo hijo, Felipe I de Orleans.
   Ante este escenario desconcertante, que incluso parecía sostenible, Luis XIII muere -1643-, dejando como regente al jovencísimo e inexperto Duque de Orleans. Por ello, Ana de Austria convocó al Parlamento parisino con el fin de abolir lo estipulado en el Consejo de Regencia. Después de numerosas negociaciones todos salieron satisfechos; la nueva Reina Madre, consiguió su ansiada regencia, el Duque de Orleans fue nombrado Lugarteniente General y el Parlamento, que creyó ver el indicio de unos nuevos tiempos que dejarían atrás los modos absolutistas, aunque poco más tarde observarían su error.
   Tras la muerte de Richelieu en 1642, Ana de Austria creyó que debía seguir el mismo proyecto, lo cual dice mucho, ya que ese proyecto estaba compuesto de medidas por y para hacer la vida imposible a sus vecinos españoles;ella fue Infanta de España, pero ahora, como Reina de Francia asumió su papel y lo que conllevaba. Por ello escogió a la elección y discípulo de Richelieu, Giulio Mazzarini como primer ministro.
   El legado fiscal y bélico de su predecesor le costó a Mazzarini una poca agradable bienvenida; a los pocos meses de su nombramiento tuvo que hacerse cargo de una conjura que esperaba deponerle -Cábala de los Importantes, septiembre de 1643-. Los líderes del movimiento fueron exiliados o condenados pero ello sólo sería el primer intento de atentar contra el cardenal italiano.
   Su extranjería, como la de la Regenta, supuso que fuera más apto para su papel como cabeza de turco; todos los problemas, que fueron muchos durante su gobierno entre 1643 -1661, le resultaron un amplio abanico de enemigos.
   El gobierno del Cardenal y el de la Regenta, se caracterizó por una alta presión fiscal, con el fin de reducir el déficit se redujeron los intereses -lo cual arruinó a la burguesía-, se vendieron cargos -con la consecuente pérdida de prestigio de la burocracia-, entre otras medidas que consiguieron el enfado unilateral del pueblo francés. Tal enfurecimiento se manifiesta en el levantamiento del 13 de mayo de 1648 denominado la Fronda, el cual obtuvo el apoyo de los Príncipes de Sangre como Condè, viva imagen del militarismo francés con acciones llevadas a cabo desde 1639.
B) Movimiento revolucionario
   El nombre de "fronde" deriva de las hondas que portaban los sublevados. Este periodo abarcaría cinco años (1648-1653), los cuales darían lugar a numerosas interpretaciones, inclusive a la consideración de ésta como antecedente frustrado de la Revolución francesa -Normand-.
   "El pueblo francés al completo, sin importar rasgos o diferencias sociales -aunque si con objetivos dispares- se alzó contra la política centralizadora del gobierno, es decir, buscaban una ruptura o control del absolutismo por medio de un árbitro -Parlamento- que cuestionara las decisiones del monarca. Esta situación fue denominada por Lebrún como la expresión desordenada pero temible de una crisis profunda del Estado, en la sociedad y en la economía. Por ello la capital se convirtió en el epicentro del levantamiento,donde los más radicales increpaban el asesinato del Cardenal y la Reina Madre entre panfletos, pasquines y tiras satíricas de ambos -manzarinadas-. Por ello la Regenta decidió exiliarse con sus hijos, el Duque de Orleans y el Gran Condè a Reuils el seis de enero de 1669, mientras que Mazzarini marchó hacia Brühl, propiedad del Príncipe Elector de Colonia, desde donde siguió gobernando Francia"
Trabajo de Luis XIV: expansión hacia las fronteras naturales
   Con un antecedente tan relevante como la Cábala de los Importantes -1643-, la Fronda es un episodio controvertido historiográficamente, habiéndose considerado desde un simple alzamiento de ambiciosos hasta el primer movimiento burgués constitucional, precedente de la Revolución francesa y, a fin de cuentas es una clara resistencia a la autoridad real en un periodo de debilidad.
   Lo que si cabe destacar es que en la Fronda queda integrada dentro de un gran ciclo revolucionario dado en el siglo XVII en oposición a los modos centralizadores del Antiguo Régimen, que asimismo se vieron sazonados por diferentes aspectos como la recesión demográfica, una política fiscal abusiva, epidemias o carestías.
   Su primera etapa se suele denominar Fronda Parlamentaria (1648-1649). Surge como reacción ante la iniciativa del cardenal Mazzarini a cambiar los requisitos de la Paulette.
   La Paulette es un privilegio de la Corona desde 1604 que permitía patrimonializar sus oficios mediante el pago de una prima mensual; su requerimiento era que para la renovación del privilegio se hicieran un único pago equivalente a cuatro años de sueldo. Podría incluso no salirles rentable, pero la situación bélica -Guerra contra España-, hacía necesaria la inyección de dinero.
   Ante esta ofensa, los Tribunales Supremos de París -Cámara de Cuentas, Tribunal de Apelación y Gran Consejo- y el Parlamento se unen para dar comienzo a las movilizaciones, que buscaban el arbitraje, lo que se puede interpretar como la búsqueda de un símil  a una monarquía constitucional, un avance sin cimientos en un siglo caracterizado por el absolutismo de sus monarquías. También es el primer precedente de la Teoría de separación de poderes de Montesquieu; un insulto que una Habsburgo como Ana de Austria no iba a tolerar para su primogénito.
   Los tribunales se reunieron en una asamblea extraordinario en la Cámara de San Luis durante cuatro semanas, ello dio como resultado el Decreto de Unión del Parlamento del 13 de mayo de 1648 por el cual se proclama la unión de los cuatro Tribunales Supremos de París; hecho considerado por figuras como Bonney, Doolin o Moore como el punto de partida de la Fronda.
   Siguiendo los consejos del Cardenal, la Regente parece ceder, pero unas semanas más tarde, ante la noticia de la victoria de Condè en Lens -20 de agosto-, daría un golpe a los líderes del movimiento arrestándolos creyendo que así se acabaría la insurrección. Realmente el movimiento real produjo la agilación de los insurrectos que levantaron barricadas en torno al Palacio Real obligando a sus inquilinos a exiliarse.
   Con la corte huida se presentó al Parlamento la aceptación real del programa político realizado en la Cámara de San Luis, que constaba de 27 artículos que buscaban -entre otros objetivos menores-; reducciones fiscales, recobrar el prestigio de la burocracia eliminando los cargos creados recientemente y, la excarcelación de los presos por la revolución.
   Dicho acuerdo supuso una tregua para el rearme, ya que la Regenta no pretendía mantener dichas condiciones, hecho que se confirmó con el cambio de sede del Parlamento;con ello conseguía sacar de la capital a los increpadores de la sublevación. Su siguiente paso fue asediar París, cortando la red de suministros, acción que llevó a un rápido desenlace. Pese al apoyo popular se pactó la aceptación de algunos puntos del plan político en 1649 -Paz Reuils- garantizando la amnistía a los parlamentarios y manteniendo a Mazzarini como primer ministro.
   La segunda Fronda o Fronda de los Príncipes sucede en 1650. El ascendente poder del Príncipe Contè hace que él y partidarios se crean capaces de exigirles nuevos cambios a la Regente. Su proposición de destituir al Cardenal para ocupar el mismo Contè el puesto propició que la Reina Madre lo encarcele a él, a su hermano el Príncipe de Conti y a su cuñado Longueville.
   La encarcelación es la chispa que otros Príncipes de Sangre como Turenne esperaban para incitar de nuevo a las masas para resucitar la Guerra Civil. Todos los estratos sociales, líderes y populacho se unieron contra una única figura, Mazzarini. Cabe destacar la ayuda española a los sublevados; el gobernador general de los Países Bajos, Wilhelm Leopold intentó excarcelar a los presos pero el ejército real no retrocedió. Viendo que el proceso se alargaba sin lograr cambios la Reina Madre acaba por liberarlos en 1651, hecho que precedió a la declaración de mayoría de edad del ya soberano Luis XIV. La marcha de Condè al verse incapaz de actuar políticamente da lugar a la siguiente fase del conflicto.
  La denominada Fronda de Condè (1651-1653), es la última fase del conflicto, donde Ana de Austria y el Soberano marchan de París mientras los ejércitos guerrean. La batalla ya está ganada desde julio pero tanto Ana como Mazzarini desean entrar como triunfadores en una capital asolada por el caos, bastante teatral que esperaba tener un efecto sobrecogedor. Como presente, Luis XIV destituye a Mazzarini que era el único motivo que les quedaba a los frondistas para seguir. El 21 de octubre madre e hijo entran en la capital derrotada, un día más tarde todos los cambios obtenidos son eliminados, prohibiendo además la interferencias del Parlamento en asuntos de Estado o de materia económica. Cuatro meses más tarde Mazzarini regresó a su cargo, los intendentes fueron reinstaurados en las provincias y se anularon las reformas de 1648 por todo ello podemos confirmar que la Fronda fue un fracaso, aunque no sólo supone un antecedente controvertido sino que es el primer pulso revolucionario al sistema absolutista.


C) Bibliografía
  • López Ruiz, José María (2009), Los personajes más siniestros y crueles. Madrid, LIBSA.
  • Roberts, JM, (2009) Historia universales. De Barcelona. RBA.
  • Voltaire (1954) El siglo de Luis XIV. México: Fondo de Cultura Económica.
  • Grimberg, Carl Gustaf, Ragnar Svanström, T Riano y J.J Llopis, (1953) Historia universal de Daimon. México. Daimon.
  • Floristan, Alfredo, (2012) Historia Moderna universal. De Barcelona. Ariel.
D) Vídeos y películas recomendados
  • http://www.rtve.es/alacarta/videos/mujeres-en-la-historia/mujeres-historia-ana-austria/523686/
  • Le roi danse: www.youtube.com/watch?v=iswWGVsnbrM
  • https://www.youtube.com/watch?v=PhTrtkBZ7F0
  • https://www.youtube.com/watch?v=_cUYafOXtiM

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