- La revolución industrial (1760-1830) Hobsbawm.
- En torno a los orígenes de la Revolución.
Cameron.
- Historia
contemporánea, UNED, Lucia Rivas Lara.
- Las revoluciones burguesas, Eric Hobsbawm.
-Conferencia del antiguo Catedrático de la UMA,
Siro Villas Tinoco
1.- REVOLUCIONES BURGUESAS (1770-1830)
- LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN
-REVOLUCIÓN
INDUSTRIAL
-CAMBIOS
DEMOGRÁFICOS Y SOCIALES
-PENSAMIENTO
Debemos
entender como revolución un cambio abrupto en el recorrido político de una
nación -el descubrimiento de América y el consecuente enriquecimiento de las
metrópolis- que provocaría, tras la investigación de nuevos horizontes,
transformaciones económico-sociales, que
en el caso europeo modificarían el continente desde fines del siglo XVIII hasta
mediados del XIX o, más concretamente partiendo de Hobsbawm, entre 1730 y 1840,
es decir, un proceso casi simultáneo a la Revolución francesa que influenciaría
mediante el colonialismo y las campañas orientales a países extraeuropeos como China, India, Japón y EEUU.
El
proceso revolucionario traería consigo el desarrollo y establecimiento del
nuevo modelo económico y de producción, la sociedad capitalista, y con ella el
triunfo de la sociedad burguesa y obrera. Las revoluciones de origen económico
nacidas en el viejo continente no serían meros estallidos aislados, sino que se
nutrirían entre sí, interaccionando y apoyándose según la basculación de poder,
haciendo de sí mismas procesos muy extendidos en el tiempo, tanto que en este
caso concreto, su fin no es completamente definible ya que ¿cuándo acaba la
revolución industrial? ¿Cuándo se deja de innovar para comenzar otro período,
totalmente arbitrario, que se diferencie del primero? Fruto de ello sería el
desarrollo de grandes ciudades, sistemas tecnológicos innovadores, una moneda
nacional y fuerte y una banca de gran poder, lo que se ha considerado a
posteriori como los cambios más relevantes en las economías de producción desde
el Neolítico, que trajo consigo el cambio de sociedad meramente cazadora a agroganadera.
La
Revolución industrial inglesa o Primera Revolución industrial queda cercada en
un territorio tan escueto como el compuesto por Reino Unido de la Gran Bretaña
e Irlanda, hecho que propicia una explicación: aunque las necesidades y
problemática artesanales afectaban a todo el continente, los cambios sólo se
sucedieron en una sociedad específica porque ésta presentaba unos rasgos
diferenciales, así como la unión de inspiración y talento en un marco de auge
económico, fruto del comercio ultramarino; necesidad social y conjuntos
propensos al avance como lo eran las últimas décadas de la Edad Moderna.
Pese
la relevancia de las Revoluciones, su propagación por el continente sería muy
tardía, concentrada entre 1830 y 1840, donde comienza a localizarse grupos
proletariados que no tardarían en crear su propio ideario en defensa de sus
intereses -comunismo-.
Los
primeros Estados en contagiarse de la fiebre industrial serían Belgica y
Alemania -gracias a los Cockerills-, y Francia, debido en gran medida a su
proximidad y a la fuga de personal cualificado. Cada uno de estos países
responde a unos rasgos definitorios que conseguirían nacionalizar la
influencia; Francia se vería beneficiada por su amplio desarrollo de las
comunicaciones -ferrocarril-, Bélgica por la existencia de materias primas como
el hierro y el carbón, mientras que en el sur de Alemania, por la falta de
éstos observaremos la asimilación del gen industrial en fechas mucho más
tardías, extendiéndose hasta mediados de siglo.
El
término revolución no puede aplicarse al sistema productivo inglés al completo,
sino a tres aspectos específicos y secuenciados como lo son: la producción
textil de algodón, la siderurgia de carbón mineral y finalmente el desarrollo
de la energía de vapor.
PROTOCAPITALISMO:
ANTECEDENTES DE LA REVOLUCIÓN.
Con
antecedentes ya en la Baja Edad Media, con la disolución del feudalismo y la
articulación de una agricultura comercial, y no de subsistencia
-protocapitalismo-, comenzarán a diluirse lentamente los contratos sociales que
sustentaban el modelo -feudovasalláticos-. Hecho que se aceleraría en
Inglaterra a partir de 1760 por los movimientos demográficos y los cambios
agrícolas, que desembocarán en la Revolución industrial.
La
nobleza británica no era menos despótica u orgullosa que sus homólogos europeos,
pero si tenía rasgos característicos que propiciaron la situación que
aconteció: en el Reino Unido de la Gran Bretaña sólo el primogénito varón
heredaba el título y el patrimonio, mientras que el resto de la descendencia no
poseía nada para sí. Asimismo la aristocracia debía pagar unos impuestos y no
podían caer en la “derogueance”, es decir, no podían ser expulsados del
estamento, con todo lo que ello conlleva, todo ello salvo una excepción, el
desarrollo de labores mercantiles o corsarias en primera persona, por lo que
siempre que pudieran mantener un testaferro no sucedería nada. Pero incluso
estas restricciones eran menos pronunciadas
que en el resto del continente, como se observa en que parte de la inventiva
viniese originada por la clase alta -ejemplo, Lord Turnip-. Deberemos
considerar de igual modo que la acumulación de capital en las castas
privilegiadas no se debía exclusivamente por las rentas nobiliares y
territoriales, o el servicio a la Corona -exigido a la nobleza inglesa en el
Continente- ya que la riqueza, cualesquiera que fuese su procedencia era bien
acogida, como lo muestra el tradicional recurso de la piratería inglesa.
Como
ejemplo, claramente diferenciador, cabe destacar que mientras que en el
continente si un científico era tachado de “novator” -amigo de las novedades-
corría peligro su integridad por el perseguimiento de la Iglesia católica y su
brazo secular, en Inglaterra aquellos que aportaban ideas susceptibles al
aprovechamiento común eran premiados, incluso podían ennoblecerse por este
medio.
REVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA Y SOCIAL
A
principios del siglo XIX, Europa tenía una población de 187 millones de
personas, que pese a las emigraciones a otros continentes en el año 1900 se alcanzó
los 400 millones. Ello podemos entenderlo a partir de tres rasgos definitorios,
como la natalidad, la mortalidad y los movimientos emigratorios. Cuarenta
millones de europeos entre los años 1800 y 1930 emigraron hacia Canadá y EEUU
por diversas razones, en busca de un futuro mejor del que les ofrecía el viejo
continente. Ello fue posible gracias al desarrollo de las comunicaciones, punto
que trataremos en este tema.
Los
avances médicos de la ilustración, la higiene, el conocimiento anatómico -con
la consiguiente evolución en las cirugías más complicadas- y el uso de las
vacunas y la anestesia, serían determinantes, además de una mejora de la
insalubridad urbana mediante nuevos sistemas de alcantarillado -como en el
reinado de Isabel II en Madrid- y agua potable, lo que reduciría
considerablemente la posibilidad de contagios.
CAMBIO AGRÍCOLA
La
Inglaterra de principios del siglo XVIII era esencialmente agroganadera, aún
con una incipiente industrial textil. Pero con la Revolución industrial este
modelo pasaría a ser secundario mediante grandes avances científicos, técnicos
y tecnológicos que sustituyeron los antiguos agentes de trabajo -personas- por
otras fuentes de energía -máquinas-,
suponiendo un ahorro en el coste de producción y un aumento en la
eficacia y la cantidad de la misma. Ello llevaría a Inglaterra a ser la primera
potencia mundial hasta 1914, con la Gran Guerra, donde se vería sustituida por
su colonia de mayor potencial, EEUU.
Las
transformaciones agrarias en la senda del protocapitalismo, como el uso del
terrazgo y los cambios en la producción cerealística, al tiempo que
enriquecerían a los propietarios -en su mayoría nobles- desarraigaban a las
masas campesinas que eran forzadas a emigrar a núcleos urbanos en busca de un
nuevo sustento. Ello ponía a su disposición de los empresarios urbanos masas
demográficas susceptibles a ocupar puestos que no requerían una gran formación.
La
ruptura del modelo feudal y las innovaciones que lo propiciaron, agilizaron el
mundo rural, convirtiéndolo en una extensión del urbano y de su modelo
capitalista. Ello supondrá el abandono de la economía de subsistencia con la
villa como unidad productiva, además de una evolución en las relaciones de
mercado.
La
agricultura inglesa está repartida tripartitamente en trigo, cebada y terrenos
en barbecho para recuperar las propiedades perdidas. Desde fines de la Edad
Media, la evolución en técnicas de cultivo es notable, la aparición de nuevos
alimentos como el trebol o el nabo, es decir plantas escardadoras, ricas en nitrógeno,
permitirían suprimir el barbecho y producir en el mismo años dos cosechas, una
para la alimentación animal y otra para la humana; las técnicas de cultivo como
el arado, la cosechadora, el drenaje de zonas pantanosas y con el conocimiento
químico, el uso de los abonos, supondrían un gran avance. Todo ello provocaría
un aumento de producción y en consecuencia, la privatización de la propiedad de
la tierra. Aunque también podemos hallar zonas comunales.
Ello
produjo una mejora de la producción y una especialización geográfica, lo que
permitiría mejorar la creciente población. La revolución agrícola fue sobre
todo un conjunto de innovaciones técnicas que propiciaron un cambio a gran
escala.
En
un principio, las parcelas no estaban cercadas pero con el incremento de las
rentas por la producción y la demografía, los grandes terratenientes
solicitarían al parlamento inglés el cercamiento de la tierra -enclousure
acts-, lo que conseguirían rápidamente al estar dicho poder en manos de las
familias interesadas. Ello propiciaría que los comunales se agruparan para
hacer frente al ataque terrateniente, mientras que los que no lo hicieron se
verían abocados a vender sus tierras y volverse colonos o asalariados de las
mismas. De este excedente de población desederada de sus tierras se nutriría
las industrias urbanas de personal. La Revolución agrícola y la Revolución
demográfica serían los pilares que sustentarían la Revolución industrial.
A
fines del siglo XVIII, debido del aumento de población en Inglaterra, nacería
el movimiento Maltusiano, tema que trataremos en futuros apartados.
INDUSTRIA TEXTIL
Partiendo
de la protoindustrialización inglesa, observaremos una industrialización de la
población perteneciente al excedente
rural en tareas básicas de poca formación, observándose un crecimiento
del “Domestic system” y de talleres domésticos que crearían productos
manufacturados de menor precio que los gremiales.
En
esencia, un tejido no es más que el entrecruzamiento de unos hilos verticales
–urdimbre- con unos horizontales –trama-, que más tarde serían enfurtados,
apelmazados, repelados, desengrasados y finalmente tintados antes de su salida
a mercado. Por lo que la artesanía textil tiene dos procesos: el hilado, que
consiste en transformar la materia prima en hilo y tejido, que consiste en su
posterior entrecruzamiento para su transformación en tela.
En
el período pre-industrial, las dos fases que conformaban el tejido consiguieron
mantener un equilibrio entre la carencia del materia prima y el exceso de ésta
que suponía un rápido deterioro si no se telaba. Durante el período medieval
con el Verlagg system y con el Domestic system en la Edad Moderna, se empujó al
campesinado a dos tareas opuestas como lo son las labores agrícolas y las
textiles, consiguiendo de este modo ingresos suplementarios. El rudimentario
tejido era finalizado en los talleres, pero la fase más ardua ya estaba hecha.
Con
la llegada del primer tercio del siglo XVIII, el algodón se vio sustituido por
la lana, que pese a su peor calidad la inferioridad de precio lo compensaba,
abriendo el mercado a grupos más extensos, lo que provoca la consideración de
los textiles como la primera innovación de la Revolución Industrial. La lana se
convertiría en el motor de la industria textil inglesa, procedente de la India
y de las colonias norteamericanas del sur – lo que la hacía muy barata-,.
Suponiendo el 40% de las exportaciones británicas. Por todo ello, todas las
grandes innovaciones textiles están ligadas a este producto y los grandes
emporios industriales estaban situados en ciudades marítimas como Londres,
Liverpoll, Manchester o la Baja Escocia.
Un
punto a profundizar, a interés del lector sería la relación conjunta del
algodón y la esclavitud, completamente unidas y de un gran valor histórico que
por escasez de tiempo no abordaremos.
➢
Lanzadera
volante -1733- de John Kay, que debido a sus reformas técnicas consiguió una
rapidez nunca antes vista, trayendo consigo un aumento de la producción del
2,000%. Dicha innovación en el segundo proceso empujó a que una serie de
innovadores personajes orientasen su ingenio en aumentar la producción del
hilo..
➢
Spinning Jenny -1764- de James Hargreaves. En respuesta al anterior reto se
diseña una máquina hiladora, una verdadera revolución que producía en la misma
cantidad de tiempo la labor de treinta y seis mujeres a todo rendimiento, su
único pero era que sólo era útil para el algodón.
➢
Water frame -1768- Sir Richard Arkwright. El antes peluquero, sería
nombrado Par del Reino por tal invento. Una máquina movida mediante energía
hidráulica que elevaba la producción de 1:100 sobre la hilandera tradicional.
➢
Mule
Jenny, 1779, de Samuel Crompton. Hibrida de las dos anteriores desencadenaría
el siguiente invento.
➢
La
máquina de vapor al telar -1785-. del reverendo Edmund Cartwrigth. y mejorada
en el 1782 por James Watt.
Pero
poco después las tornas cambiaron, la rapidez y la baratura del producto
llevaba in nuce la semilla de la discordia; ya no eran necesarias las grandes
masas de tejedores, quienes se vieron abocados a la absoluta miseria, siendo
apodados por ellos mismos “ludismo”. Estos hombres y mujeres serían el preludio
de las grandes luchas obreras del siglo siguiente, consecuencia europea de la
Revolución industrial, que abaratará los precios de los productos en serie y
abocaban al desastre de los artesanos.
INDUSTRIA SIDERURGIA
Desde
el siglo XV contemplaremos una evolución de las antiguas forjas en altos hornos
para la fundición de material férrico; su productividad no estaba ligada tanto
a estas evoluciones como al empleo del carbón mineral, ya que por el contrario,
el carbón vegetal -infinitamente más barato-, producía un hierro de calidad
mínima al transmitirse las impurezas del mineral, por lo que había que
refundirlo y en ello se perdía todo el beneficio.
Ello
llevó a una rentabilidad paralela a la cercanía del carbón vegetal, era más
rentable abandonar unas instalaciones tras la deforestación del terreno
circundante que afrontar los gastos del traslado a la fábrica. Deberemos
considerar que en la Edad Moderna, la leña, y en consecuencia el carbón vegetal
obtenido de ella, era un equivalente a nuestro plástico actual. Por ello
nacería el hierro forjado, libre de las impurezas por su calidad mineral. Más
tarde se introdujo otras técnicas, como la del pudelado -laminar el hierro-.
La
Industria siderurgia fue otro de los grandes pilares de la Revolución
industrial, materias como el hierro -fundido, dulce y acero- favorecerían su
auge aunque conllevarían numerosos avances para su correcta fundición -de
carbón vegetal a mineral-.
ENERGÍA A VAPOR
Desde
tiempos muy lejanos la capacidad del agua como herramienta productiva era
conocida -citada por Herón de Alejandría-; fue usada por mesopotámicos y
árabes, pero en el mundo cristiano esta inventiva, como todas las demás, fueron
frenadas por la Iglesia Católica.
En
la Edad Moderna, la mayor problemática hídrico que tenían que hacer frente se
encontraba en el sector minero, ya que debían desaguar las galerías, cada vez
más profundas y más difíciles de acceder, por lo que en 1668 el ingeniero
militar británico Thomas Sabery patentó un complejo artilugio propulsado por
energía a vapor, un antecedente de la bomba de desagüe que se ubicaba al fondo
de la mina. Y aunque el artilugio poseía un ritmo aceptable, era costoso y
complejo, lo que imposibilitaba su uso comercial restringiéndose este avance a
un plano teórico.
Una
de estas máquinas fue adquirida por Thomas Necomen, quien solventó lo problemas
más evidentes volviendo operativa la máquina, pese que sería más correcto
situarla como un ingenio atmosférico. Pese a los avances, la máquina seguía
poseyendo problemas, esto derivó en que en 1760 una de ellas fuese entregada a
James Watt para que la arreglase, lo que consiguió además de patentar la
versión mejorada de la misma, aunque siguió siendo considerada una máquina
atmosférica y no a vapor. Los numerosos cambios que Watt realizó en la máquina
no permitían su abaratamiento por lo que seguía siendo inaccesible Ante ello
surgió la siguiente propuesta: los mineros expresarían en el contrato la
cantidad de carbón que consumían al año, por ello, Watt, les suministraba la
máquina sin coste inicial siendo su beneficio la mitad de lo que hubiesen
ahorrado en carbón durante un año. Fue tan el triunfo de la iniciativa que Watt
no renovó la oferta.
DESARROLLO DE LAS COMUNICACIONES
El
desarrollo de comunicaciones sería esencial en el recorrido revolucionario.
Nacería como una ayuda para la minería, pero la mejora de las infraestructuras
y el acondicionamiento a un mayor recorrido reduciría la dependencia marítima,
siendo un punto de inflexión. Las primeras líneas de ferrocarril se localizan
en Inglaterra, su utilidad era transportar el carbón pero rápidamente se darían
cuenta de las oportunidades que
albergaba trasladar personas. La primera línea con éste fin se inauguró en 1830
-Manchester/Liverpool- y fue realizada por George Stephenson, también conocido
como el “padre de los ferrocarriles”.
Como
innovación, el ferrocarril produciría un estímulo a la industria siderúrgica y
la minería -por la fabricación de raíles de hierro- y una evolución en los
mercados, que facilitaría el proceso industrial y un cambio demoledor en lo relativo
a aspectos socio-económicos. Así como marginaría las zonas no articuladas,
determinando incluso los modos de gobierno-proteccionismo y librecambismo-. La
configuración de los mercados, nacionales e internacionales, asimismo aspectos
sociales y humanos, variarían. Las
personas conseguirían transportarse en un tiempo menor, la emigración se
sustenta hasta mediados de siglo gracias al ferrocarril, cuando se impondría el
barco como medio de transporte.
Otro
medio a destacar serían los canales, sobre todo en Europa Occidental. Aunque
las construcciones de mayor relevancia tienen trascendencia transoceánicas,
como la presa de Suez, que comunicaría el mar Rojo con el Mediterráneo. Más
reciente aún sería el canal de Panamá hecho en la primera mitad del siglo XX
-1914-.
LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA DE LA
INDUSTRIALIZACIÓN INGLESA
Carbón:
cuencas minerales localizadas en el noroeste.
Metal:
Birmingham, Midlands y Yorkshire..
Lanas: Yorkshire -Leeds-.
Gales:
¼ de la siderurgia nacional.
Industrialización
de Escocia, industrializándola desde 1707.
El
otro sector que sufriría un gran desarrollo sería el financiero, en relación
con la evolución industrial, ya que ésta supondría la acumulación de capitales
gestionados por entidades bancarias, que dejarían atrás su pasado de cajas de
ahorro para transformarse en entidades de inversión, naciendo con ello la
bolsa.
TEORIZACIÓN: EL LIBERALISMO ECONÓMICO
El
liberalismo es una doctrina filosófica, política y económica que defiende la
libertad del individuo frente al Estado, oponiéndose a cualquier modo de
despotismo. Surge en consecuencia del movimiento racionalista del siglo XVIII y
de las estructuras represoras del Antiguo Régimen. El liberalismo defiende la
igualdad jurídica, los derechos individuales y, en esencia, la Constitución, la
señal inequívoca de una relación entre el rey y el reino completamente
diferente, opuesta completamente al absolutismo. Teóricamente dentro de la
corriente liberalista siempre prevalece el Estado de Derecho, es decir, aquel
regido por una constitución, una norma jurídica previamente aprobada y de
conocimiento público.
Su
máximo exponente sería Adam Smith -escuela de Manchester-. Su carácter burgués
se observa en su búsqueda de libertad. Según la teorización, la iniciativa
privada no debe estar intervenida por el Estado ni por ninguna otra ley que no
sea la ley de mercado, el empresario debe tener libertad para contratar,
establecer los salarios, jornadas, etc... maximizando de este modo los beneficios
incluso llegando a la explotación.
CONSECUENCIAS DEL LIBERALISMO
•
No
hay límite en las jornadas laborales.
•
No
hay límites en la contratación.
•
Ni
protección de menores -edad para comenzar a trabajar no limitada-.
•
Estas
tres primeras se traducen en la explotación del proletariado, en torno a las
industrias.
•
Aparecen
las primeras enfermedades por las concentraciones demográficas y la
insalubridad de los entornos industriales.
•
Aparece
un fenómeno secundario, la urbanización, que generaría la aparición de barrios
proletariados y marginales, concentrándose en ellos lacras como la prostitución
y el alcoholismo.
¿POR QUÉ INGLATERRA Y NO OTRO PAÍS?
A
pesar que el proceso industrial se extendería por los estados cercanos al
núcleo revolucionario, deberemos comprender los rasgos diferenciales que les
distinguirían y alzarían sobre los demás. En Francia, por ejemplo, la
revolución no partiría de la privatización agrícola, que borraría su carácter
colectivo sino de la paupérrima situación económica, con un déficit cada vez
mayor.
El
sistema económico inglés, proteccionismo hasta 1846, evitaría la competencia
con las materias primas asiáticas impulsando el desarrollo Industrial.
Mientras
que el sistema educativo, basado en una enseñanza práctica, en contraposición
con el foco cultural del período -Francia-, convertiría a Inglaterra en lo
llamado “taller mundo” hasta fines del siglo XIX, abandonando su puesto
dominante con la Gran Guerra, donde EEUU obtendría la preponderancia económica,
Francia la cultural y Alemania obtendría la hegemonía nacional necesaria para
crear una identidad similar a sus semejantes.
En
el año 1783, Thomas Bessemer consiguió crear el acero, lo que tuvo
consecuencias inmediatas en Inglaterra, pero este país no tardaría verse
sustituido por la creciente y manufacturera Alemania.
PENSAMIENTO
Thomas Robert Malthus fue un religioso anglicano cuyas teorías,
calificadas de anticientíficas[1],
tendrían gran influencia sobre la economía política, la sociopolítica y la
demografía, en 1798 publicaría de forma anónima el Ensayo sobre el principio de
población, obra por la que es de sobra conocido como uno de los primeros
demógrafos. En él afirma que la población tiende a crecer en progresión
geométrica, mientras que los alimentos que la sustentan aumentan en progresión
aritmética, por lo que la población se encuentra limitada por los medios que la
sostienen. Para él, la regulación poblacional se debe realizar de manera
natural, con epidemias, guerras, limitación de matrimonios y otros principios
que propiciarían el control demográfico con el fin de evitar la pauperización
de la especie, que podría provocar su extinción.
El pensamiento de Malthus está
gravemente influido por los principios pedagógicos de Jean-Jacques Rousseau, de
quien su padre era amigo íntimo, siendo su corriente de pensamiento catalogada
dentro de los pensadores pesimistas. Realizó sus estudios en el Jesus College
de Cambrifge, licenciándose en filosofía y teología. Tras ello fue ordenado
pastor anglicano, estando durante un período de tiempo al frente de la
parroquia de Albury. En 1793 fue designado miembro del equipo de dirección del
Jesus College, puesto al que renunciaría en 1804 al contraer nupcias.
Paralelamente la Compañía de
Indias Orientales fundó Haileybury, una institución universitaria destinada a
formar a los funcionarios que después servirían al Reino en sus posesiones de
ultramar. Allí ejercería Malthus como profesor de economía desde 1805 hasta su
muerte en 1834.
Ante él se erigiría con el paso
de los años un gran número de opositores entre los que cabe destacar a Marx y
Engels, quienes probaron que la miseria y la superpoblación está ligada al
régimen capitalista, así como que sí se invierte en ciencia y tecnología el
crecimiento de la población sería sostenible. Asimismo señalaron que el
compendio de Malthus no es más que la
reunión de ideas anteriormente expuestas por personas como Giovanni Botero,
Fiammaria Ortes, Richard Cantillon, Adam Smith, David Hume, Robert Wallace,
etc.
A día de hoy está completamente
probado que la población no crece en una progresión geométrica –quizás Malthus
pecó al pensar que Europa seguiría creciendo a un ritmo alto-[2].
Opositores como Spencer hablan de un fenómeno totalmente contrario, como el
decrecimiento de la población, que se vería propiciado por el incremento de la
individualización –rasgo adquirido en la sociedad moderna-. De igual modo la
proporción aritmética de los víveres de subsistencia ha sido rechazada, ya que,
al contrario de su planteamiento, han crecido en una proporción mucho mayor,
gracias a la inventiva que se ha desarrollado a su alrededor. Y éste es, uno de
los apartados más significativos ya que Malthus no tuvo en cuenta el aumento de
la capacidad industrial del hombre.
Los socialistas actuales
deslegitimizan totalmente su teoría sosteniendo que la miseria no está ligada a
la población, sino a la organización económica.
"Creo que puedo con
justicia formular dos postulados: Primero, que la comida es necesaria para la
existencia del hombre. Segundo, que la pasión entre los sexos es necesaria y
seguirá así". Malthus. Primer ensayo sobre población[3].
Adam Smith
fue un economista y filósofo inglés considerado como una de los máximos
exponentes de los principios de la economía clásica. En el año 1776 publicaría
la obra por la que más prestigio adquirió, la riqueza de las naciones, donde
alude que la riqueza de una sociedad procede del trabajo de ésta, tratando en
sus páginas un estudio sobre el proceso de creación y acumulación de riquezas.
Para ello escogería principios como el inglés u holandés, desde donde
desarrollaría teorías económicas como la división laboral, el mercado, la
moneda, los salarios o la acumulación de capital. Sus teorías le han situado en
los conocidos como pensadores optimistas.
David Ricardo fue un economista
inglés de origen judeosefardí, miembro de la corriente del pensamiento clásico
económico y uno de los más influyentes junto a Adam Smith y Thomas Malthus. Uno
de sus estudios más relevantes fue su disertación sobre el trabajo como
variable del coste del producto. Otros pensadores que marcaron el pensamiento
político pero deberemos –por falta de tiempo- obviar son Say, Bastiat o Stuart Mill.
En los siglos XVIII y principios
del XIX, se desarrollarán dos conjuntos de doctrinas en el pensamiento
económico y político, partiendo en la segunda mitad del siglo XVIII del
desarrollo del pensamiento liberal económico.
Las doctirnas socio-políticas que
se desarrollan en este período son una crítica para el absolutismo, que
pondrían las bases del pensamiento liberal con precedentes tan lejanos como
Locke.
El pensamiento liberal se
fundamenta en un estado democrático, en la separación de poderes y en
principios como el de igualdad y libertad –reunión, prensa, religión y
asociación-. En ellas se visiona el principio de felicidad que había sido
suprimido por el Antiguo Régimen. Pensadores que no podemos menos que mencionar
en este campo serían Montesquieu, Voltaire y Rousseau.
Montesquieu
con su obra “El espíritu de las leyes” establecería la teoría de división de
poderes.
Voltaire
en sus Cartas inglesas o en su manuscrito “El siglo de Luis XIV” proponía la
transformación de la administración y del Estado.
J.J Rousseau
escribió el contrato social en 1762, donde criticaría duramente al absolutismo.
El contrato social planteaba un control sobre la monarquía, un contrato entre
el soberano y los ciudadanos.
La difusión de estos ideales
estuvo garantizada gracias a su mayor exponente, La Enciclopedia, publicada
entre 1751 y 1772. Dirigida por Diderot.
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