Unificación italiana
Trabajo realizado por:
- Bulpes Fernández, Carmen
- García Gil, Elizabeth
- Bulpes Fernández, Carmen
- García Gil, Elizabeth
- Revoluciones de los años ’20, ’30 y ’40.
- Primera Guerra de Independencia: Guerra contra Austria -1848-
- Segunda Guerra de la Independencia: Anexiones: antecedente de la
unificación real -1859-1870-
1.- Contexto nacional e internacional
Influenciada por la corriente
romántica, que exacerbaba el sentimiento liberal y nacional, y en consecuencia
de un precedente tal como el de la Revolución francesa, observaremos un período
revolucionario en el viejo continente que arrastraría los dogmas supervivientes
del modelo feudal para que fuesen sustituidos paulatinamente por un modelo
liberal-burgués[1].
La unificación italiana –il
risorgimento- debe ser entendida como un proceso cultural, político e histórico
acontecido en el siglo XIX[2],
que llevaría a la Península Itálica a unificarse en una sola identidad estatal
en contra de lo establecido en el Congreso de Viena. Ello evocaría el ideal
romántico, nacional y patriótico que se remontaría hasta el período del Imperio
romano. Hecho que se vio impulsado por la tutela de los estados fronterizos
–Austria y Francia- y de las monarquías no italianas en la península como los
Habsburgo o los Borbones[3].
No existe consenso sobre la fecha de inicio, aunque muchos investigadores la
suelen situar en 1815 con el Congreso de Viena y el fin del Imperio
Napoleónico, terminando en torno a 1871 con la guerra Franco-prusiana, y la anexión de los Estados Pontificios, tras
el cual Roma se convertiría en la capital de la nueva nación. Esta unificación
provoca que Italia esté integrada por siete estados diferentes pero con un
origen común, en raza, credo o historia.
Como antecedentes claves debemos
destacar el dominio de Austria sobre la península, la anexión de Lombardía y
Véneto, así como el control de los tronos de Parma, Módena –donde Francisco IV
fue sustituido por Luis Felipe de Orleans- y la Toscana; son un claro precedente opresor
a la contienda.
La labor literaria de la
península es un grave indicador del sentimiento de sus gentes, así como la
publicística elaborada por los Saboya para legitimar su movimiento y su
posición. Deberemos destacar autores de gran importancia como Foscolo, Verdi,
Mameli, etc.
Muchos historiadores han querido
ver en el pronunciamiento de Riego -1820-, el punto de partida de las
revoluciones mediterráneas del ’30, y los primeros movimientos en Nápoles por
su evidente relación con el pueblo español.
La rebelión en el Piamonte que
acabaría con la Unificación comenzaría en Alessandría, donde adoptarían la
bandera de la República Cisalpina –verde, blanco y rojo-, una variante de la
bandera francesa en una búsqueda de emular los derechos naturales que estos
defendieron primero. Después de varios intentos de unificación –’30 y ’48-
aplastados por Austria, Camilo Benso, conocido por el conde Cavour, primer
ministro del Piamonte, reino de Manuel II de Saboya, sellaría un tratado con
Napoleón III en el verano de 1858 en Plombières con el fin de expulsar a los
austriacos del norte y crear una confederación italiana. Sus beneficios, -hecho
que ha hecho que surja una corriente que ponga en duda su sentimiento
patriótico, el revisionismo historiográfico del Risorgimento-, eran
importantes, y lo que es más relevante, necesarios para la supervivencia del
Piamonte –anexión Lombardía, Véneto, Módena y Parma-. Mientras que Francia
obtenía de este tratado Saboya y Niza, territorios fronterizos que codiciaría
durante todo el siglo. Esta unión supuso la victoria del conjunto franco-sardo
en las batallas de Magenta y Solferino -1859-[4].
Pero éste no duraría mucho, ya que Napoleón
III, temeroso de volver en su contra a los católicos franceses cerraría un
armisticio con Austria por la que conseguía Lombardía para el Piamonte y Saboya
y Niza para sí. Estos ducados norteños
anexionados ya habían presentados sus principios de insubordinación
antes hecho de sumo interés para nuestro contexto.
Mientras en el sur, Giuseppe Garibaldi,
no conforme con el tratado norteño, conquistó Sicilia con un grupo de mil
“voluntarios” vestidos todos ellos con camisas rojas, iniciando un proceso de
conquista de Calabria y Nápoles. En búsqueda de aliados, Garibaldi entregaría
finalmente los territorios conquistados
a Victor Manuel II, que mediante plebiscitos unirían estos y los Estados
Pontificios al reino de Piamonte-Cerdeña. El objetivo de los nacionalistas
Italianos era unificar la Península en manos de los Saboya, frente al peligroso
juego de poderes europeo.
2.- Corrientes metodológicas a considerar:
revisionismo historiográfico.
Revisionismo historiográfico del
Risorgimento es una corriente metodológica que manifiesta que la historiografía
está sujeta a las deformaciones culturales de quienes viven y escriben la
Historia, su subjetividad[5].
Esta corriente tiende a valorar negativamente a personajes como Cavour,
Garibaldi o Victor Manuel II de Saboya, sosteniendo que el risorgimento fue una
obra colonialista seguida del establecimiento de una política centralizadora,
por el cual la Italia meridional caería en un atraso manifiesto, la llamada
cuestión meridional. Giacinto de Sivo sería el exponente más importante de esta
corriente. Ello nace desde el período inmediatamente posterior a la
unificación, Mazzini, el primer revisionista y los que le seguirían, dudan de
las razones ideales del Reino de Cerdeña para la unificación, atribuyen este
hecho a la voluntad de expandir sus fronteras y a la búsqueda de riquezas para
paliar su déficit. Para ello el Reino de Cerdeña se aseguraría el apoyo de
Inglaterra y, en algunos casos, en de Francia y la Masonería internacional[6].
El caso de Inglaterra es un caso más del juego de balanzas, común de Europa, su
objetivo no era otro que la formación de un estado fuerte que pudiera disputar
el liderazgo a Francia[7].
En consecuencia, la expedición de los mil no fue un
movimiento espontáneo de idealistas, sino una invasión planificada llevada a
cabo mediante el engaño y la propaganda contra el gobierno borbónico[8].
En relación con la imagen,
podemos determinar su carácter histórico y simbólico, observamos como el mapa proporcional
nos guía en este proceso propiciado por la balanza de poder europea y el
intervencionismo de las Casas Reales. El surgimiento de nuevas naciones y del
sentimiento patriótico en ellas es una clara oposición al unitarismo europeo,
propugnado aún por los sectores imperialistas, y a los desajustes fronterizos,
con las anexiones y conquistas de territorios.
La cuestión del patriotismo de
los padres de la revolución ha sido cuestionada de diferentes modos. El norte,
industrializado y con amplia influencia europea, acabó asimilando al sur y
creando un estancamiento histórico. Borradas las aduanas y establecido el
control, las desigualdades no se paliaron. Fue una conquista del Piamonte o de
las regiones al otro lado del Po, hacia Nápoles y Sicilia, territorios en manos
de dinastías, para más inri, extranjeras.
Unificación alemana
- Antecedentes internacionales y nacionales.
- Desarrollo interno: guerra austro-prusiana y guerra franco-prusiana.
- Consolidación del nuevo Imperio europeo.
1.- Contexto nacional e internacional
Las unificaciones de Alemania e
Italia se sitúan en cronologías similares por una razón, una situación
internacional que favorecía este tipo de revolución después de los intentos
fallidos de ’30 y ’48 y una situación peninsular semejante, con territorios
fragmentados en unidades estatales diferentes[9].
La posición de Francia en Europa, la economía y el apoyo de un ejército serían
determinantes para enfrentarse a los enemigos del proceso. Asimismo tanto
Italia como Alemania son naciones unionistas, ello justifica su oposición a las
pretensión napoleónica de una unidad europea. Por lo tanto, los movimientos
nacionalistas surgen donde existen desajustes entre naciones y fronteras
políticas.
En Alemania la corriente
nacionalista implica una raza, lengua y cultura común apoyadas por filósofos
como Herder o Fichte[10].
Además también existirá una unión aduanera impulsada por Prusia. Los grupos
poblacionales que identifican una nación con un territorio que difiere de las
unidades preexistentes son aquellos que viven dentro de un estado al que no
consideran soberano. El liberalismo, y de ahí su revolución, traería consigo
cierto poder en la soberanía nacional, lo que propiciaría la insurrección de
los pueblos oprimidos en contra de los subyugadores.
Prusia sería el estado que
lideraría la unificación alemana, entre los formados tras el congreso de Viena
-39 estados-. Otro de gran relevancia sería el austriaco, cuya oposición
impediría en un principio la unificación de los estados de la Confederación, a
pesar de la retirada de las aduanas entre sus miembros –unión aduanera de
Zollverein en 1834- y de un plan de desarrollo de las comunicaciones entre los 18
estados miembros de entonces. Este plan propiciaría en surgimiento de la
potencia germana, Prusia y el decrecimiento de Austria, potencia de carácter no
germano, en manos de los Habsburgo, pero miembro de la confederación.
Las revueltas del ‘48 impulsó el
avance de la corriente nacionalista, sin embargo, el liberalismo era una
amenaza para la monarquía. Alemania quería ser una nación única e unida y esta
unificación aceleraría su proceso a partir de 1862, gracias a las actuaciones
militares de Oto Von Bismark y el rey Guillermo I de Prusia.
La base unificadora del
nacionalismo alemán es la cultura y, sobre todo, la lengua, un principio que en
la actualidad ya se encuentra desfasado. Después del Congreso de Viena,
observaremos un resurgimiento intelectual germano –Volk- opuesto al francés.
Intelectuales que podríamos destacar son Fichte, Hegel o Ranke.
El carácter absolutista de
Austria impedía el avance de la confederación liderada por Prusia y Bismark, lo
que propició el enfrentamiento franco-prusiano. El 18 de enero de 1871, tras la
victoria de Prusia en la guerra franco-prusiana nace el II Reich o Imperio
alemán, cuyo emperador era el káiser Guillermo I. El Imperio Alemán se
convertirá en el estado más fuerte de Europa y Bismark será el director de las relaciones
internacionales. Austria quedaría excluida, convirtiéndose en el Imperio
Austro-húngaro.
Tras este enfrentamiento, y el
que le sucedería –Francia-, observaremos una oposición a las políticas
monárquicas de los Borbones y Habsburgo, pero no una posición republicana. Ello
se explica con el cambio en el basculamiento de fuerzas en Europa, por el cual
las potencias como Francia y España, dominadoras de los últimos tres siglos
pasarían a un segundo plano. Este poder se vería tras la marcha de Isabel II,
reina de España, ya que la nueva nación ofrecería a la experimental república
liderada por Prim un candidato como Leopoldo Hohenzollern “olé olé simeeligen”,
aunque con encuentros como propiciaron este apodo se verificó que no era el
candidato adecuado, siendo superado por Amadeo de Saboya.
2.- La figura de Bismarck en relación con la unificación
Bismarck se nos presenta como un
representante de la clase dirigente prusiana, una estratificación que basa su
riqueza en la posesión de tierras. Conocido como el canciller de hierro, su
plan estatal de corte autoritario hace que se le considere artífice de la
confederación alemana, y por ende de la unificación alemana; un plan que
obviaría las aspiraciones de la Dieta con sede en Ausgburgo.
Su perspectiva se considera
contraria a la Cavour había planeado para Italia, ya que concebía la
unificación bajo una potencia líder –Prusia- pero sin ofrecer concesiones a la
corriente liberalista.
Causas y consecuencias del imperialismo colonial
Económicas: la crisis
de ‘73 provocó el descenso de los precios y con ello el proteccionismo, lo que
da lugar a encontrar nuevos mercados que no estén controlados por dicho
sistema.
Demográficas: Entre
1850 y 1914 se duplica la población, por lo que en algunos países empezaron a escasear
los recursos. Unos 40 millones de europeos no tuvieron otra salida que
marcharse a las colonias de sus respectivos países, ya que no contaban con trabajo
ni alimentos suficientes. De igual modo, en las zonas de mayor pobreza
proliferaría la inmigración en busca de nuevas oportunidades a países como EEUU
y Canadá.
Científicas: existía un
gran interés por analizar y descubrir nuevos animales y plantas, conocer nuevos
territorios y realizar investigaciones de todo tipo.
Militares y geoestratégicas:
entre 1871 y 1914 se dio la paz entre las principales potencias, la denominada
belle époque. El aumento demográfico se usó en territorios extraeuropeos.
Siguiendo o precediendo a la expansión colonial económica de las empresas y a
la emigración.
Las consecuencias demográficas
fueron el incremento de la población al disminuir la mortalidad y con la
introducción de la medicina moderna occidental y mantenerse una alta natalidad.
Lo que se tradujo en un desequilibrio entre población y recursos que aún
persiste.
Las consecuencias económicas:
la explotación económica de los territorios adquiridos hizo necesario el
establecimiento de unas mínimas condiciones necesarias para su desarrollo (la
inversión de nuevas infraestructuras para materias primas y agrícolas destinadas
a las metrópolis).
Las consecuencias sociales se
ven en el asentamiento de una burguesía de funcionarios y comerciantes
provenientes de las metrópolis y que ocupaban los niveles altos y medios de la
estructura colonial.
Las consecuencias políticas:
los territorios dominados sufrieron un mayor o menor número de dependencia
respecto a la metrópolis. Esta dependencia provocará conflictos, que fueron el
germen de un antiimperialismo protagonizado por las clases medias nativas
occidentalizadas y que reclamaban las tradiciones autóctonas.
Consecuencias culturales:
El imperialismo condujo a la pérdida de identidad y valores tradicionales de
las poblaciones indígenas y a la implantación de las pautas de conducta,
educación y mentalidad de los colonizadores.
-
A modo de curiosidad:
las principales potencias coloniales controladoras antes del proceso de
Unificación eran el Imperio español, Francia y Gran Bretaña.
Artículos recomendados
- http://historiasdelahistoria.com/2013/02/12/la-nina-que-puso-en-apuros-al-canciller-de-hierro-otto-von-bismarck
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- http://www.libertaddigital.com/opinion/historia/reyes-alternativos-1276237882.html
[1] Soboul,
A. (1985). La Revolución francesa. Barcelona: Orbis. Pp: 9-14.
[2] http://it.wikipedia.org/wiki/Risorgimento
[3]Juan de Avila, (2014). [online]
Available at:
http://www.maestrojuandeavila.es/Departamentos/Geografia%20e%20Historia/4eso/UNIFICACIONES.pdf
[Accessed 13 Dec. 2014].
[4] http://en.wikipedia.org/wiki/Italian_unification
[5] http://es.wikipedia.org/wiki/Revisionismo_historiogr%C3%A1fico_sobre_el_Risorgimento
[6] http://es.wikipedia.org/wiki/Revisionismo_historiogr%C3%A1fico_sobre_el_Risorgimento
[7] http://www.uv.es/correa/cinehisdret1/gatopardo/unidad.htm
[8] http://it.wikipedia.org/wiki/Revisionismo_del_Risorgimento
[9] http://es.slideshare.net/martin30/unificacion-alemana-e-italiana-13004689?next_slideshow=1
[10] http://es.slideshare.net/profeshispanica/las-unificaciones-de-italia-y-alemania-10369604
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